domingo, 12 de enero de 2014

Apología de cómo se destruye un país...

... Relatos de mi viaje a Venezuela.
 
Primero que todo, quiero desearles un muy feliz año 2014! Le pido a Dios que este año sea de mucho provecho, de mejoras en lo social y económico, de calidad de vida y sobretodo de mucha salud; no sólo para mi sino para todos mis familiares, amigos, compañeros, conocidos, y todo aquel que pueda leer estas líneas; Amén.
 
Como ya les conté, mi esposo y yo estábamos muy emocionados de regresar a Venezuela. No íbamos desde febrero de 2012. Así que el 9 de Diciembre de 2013, nos fuimos muy emocionados y con muchas expectativas. Aún cuando sabíamos que el país no estaba en su mejor momento, siempre uno como que no piensa mucho en ese tipo de cosas (los periódicos y la gente exagera!).
 
Déjenme decirles que mi corazón se ha roto en pedazos! La bienvenida fue la pérdida de la conexión a mi pueblo Puerto Ordaz, sólo porque llegué con 15 minutos después de cerrado el vuelo! Ah pero es que eso no es la novedad!, la novedad es que ahora los vuelos los cierran una hora antes! ya que hay que estar dos o tres horas antes del vuelo, como que si fueran vuelos internacionales. Por más que traté de explicarles que venía con conexión desde Noruega, me supieron espetar en mi cara: - Señora, la culpa es suya por no haber estado acá dos horas antes!. Alguien más tarde comentó que la estrategia es sobrevender los vuelos y meter a los primeros que lleguen, como una estrategia para obtener más dinero. (Lamentable!). La cuestión es que, como buena baquiana, me moví como peso pluma, y entre uno que otro truco, pude llegar a mi casa a eso de la 1 am, tomando en cuenta que me bajé del avión a las 3:30 pm; no fue nada agradable...
 
Lo que vi y entendí con ese recibimiento es que definitivamente en nuestro país existe un permanente abuso en contra de los usuarios de los aeropuertos! Poca oferta de vuelos y líneas aéreas, sobreventa de boletos, retrasos hasta de 4, 5 y 6 horas! (claro, el mismo avión hace recorrido por varias ciudades a la "misma hora"), compras un pasaje para una ciudad y cuando ya vas a abordar te dicen que el avión aterrizará en otra (fue mi caso, al comprar un pasaje a PZO por RUTACA y el avión aterrizó en CIUDAD BOLIVAR! y después a rodar una hora más en un autobús que se venía destartalando!). Lo peor es que no hay a quién reclamar! Los aeropuertos son pueblos sin leyes, o más bien debería decir: Los aeropuertos son pueblos fantasmas en donde se aplica la ley de la jungla! o del más fuerte, o del que tenga más dinero para sobornar! No hay respeto por nadie ni por nada. Y si tienes que pedir un reembolso, pues el sistema está diseñado para que nunca puedas acceder a la página web de la línea aérea, específicamente en la parte de reembolso (mas sí en la de comprar boletos); o que nunca te contesten en la línea telefónica, y de paso te piden hasta la partida de nacimiento de tu abuela paterna como requisito para introducir un reclamo de reembolso! Como si eso te lo hubieran pedido en primera instancia para comprar el boleto! Es una canallada y una burla y falta de respeto para con los turistas y usuarios de los aeropuertos. Y no me digan que es que son las líneas aéreas, pues las oficinas del INAC, que es la autoridad aeroportuaria para poner orden y gestionar los reclamos, nunca estuvo abierta en la docena de veces que tuve que ir al aeropuerto a tratar de reclamar, ya que tuve que comprar tres boletos más de avión ese día que llegué; y ese dinero mis queridos amigos, lo perdí. Lo cierto es que me sentí como si hubiese llegado a la India, sin ánimos de ofender! El poco de gente tirada en el piso con sus hijos cansados, las largas colas, el maletero por todos lados; la verdad es que faltaban los burros y las vacas cagándose en mitad del aeropuerto para terminar de recrear la escena. No hubo local en donde pudiera conseguir un miserable café con leche, y en donde había café, las colas eran kilométricas.... Una experiencia en verdad TERRIBLE!
 
Una vez superado el trance del aeropuerto, igual no pude salir de mi asombro e indignación de ver a la gente en las calles haciendo largas colas para comprar unos miserables paquetes de papel higiénico, leche, azúcar, harina de trigo, entre otros productos de primera necesidad. Aunque debo reconocer que nunca nos faltó nada, gracias a que mi familia ya sabe cómo moverse para conseguir las cosas, igual me pareció indignante, abusivo, y lo peor es que el venezolano ya se acostumbró a eso; a no tener ninguna calidad de vida, a llegar a un sitio en donde hay 10 cajeros electrónicos y a que sólo 2 funcionen o tengan dinero, entonces ahí se pierden una o dos horas sólo para sacar tu dinero de un maldito cajero! El venezolano ya se acostumbró a que llega a un restaurante y aunque lo reciben con el menú en la mano, tenga que pedir lo que haya y no lo que deseaba comer. El venezolano se acostumbró a que para entrar a una piche tienda de ropa tenga que igual hacer cola! El dinero no vale nada! El maltrato, el abuso, la vejación y la humillación es una constante! Dios mío y lo peor de todo es que nadie dice o hace nada! Están como zombis! Ya no piensan, ya no razonan, ya hacen las colas sin importar para qué es la cola! A lo mejor lo cuento y nadie me cree, pero sé que si un venezolano que viva allá lee esto, sabrá que no es exageración lo que digo, es la verdad!
 
Muchas veces mi esposo me preguntó: -Por qué si hay tanta crisis y falta de todo, la gente igual viaja, va a los restaurantes, compra en los centros comerciales y se ven muy bien en líneas generales?. Yo la verdad no supe qué contestar. Todavía no entiendo ni sé qué es lo que está pasando realmente en Venezuela. Pero nada bueno es, y esto no va a terminar muy bien que digamos.
 
Y así muchas más cosas desagradables nos pasaron en esta oportunidad. Casi no pudimos disfrutar del viaje. El servicio en los hoteles es pésimo y costoso, todo estaba súper caro, que hasta nos preguntamos varias veces: cómo hace la gente para sobrevivir Dios! El tiempo se nos fue entre una cola y otra; cola para sacar dinero del cajero, cola para pagar, perdimos tiempo de tienda en tienda y de centro comercial en centro comercial, tratando de conseguir lo que andábamos buscando, en fin! Es lo que hay y punto, sin derecho a pataleo.
 
Nunca me imaginé que me iba a arrepentir de haber ido, y eso me duele mucho. Sobretodo porque me considero una venezolana orgullosa de su país y lo amo, pero así no hay amor que resista. La desidia, la falta de honestidad, la falta de vocación de servicio, la falta de productos, etc. Pobrecita Venezuela, ese país no le duele a nadie! a nadie! Ni al gobierno, ni a la oposición, ni a los venezolanos; cada quién está por lo suyo y así es como se destruye a un país.
 
Ha! y para ponerle la guinda al pastel, mi esposo me dice que no vio nada de la criminalidad que tanto cacarean los medios; y la verdad no tuvimos ningún inconveniente gracias a Dios; menos mal que yo sé dónde moverme para no tener que pasar por malos ratos. Sin embargo el día que nos vinimos la pobre Mónica Spear y su esposo Thomas Berry, no pudieron decir lo mismo. Que Dios los tenga en su santa gloria.
 
Lo único que puedo concluir de todo este "despelote" es que pasarán algunos años antes de que vuelva a mi amada Venezuela. Y no me vengan a decir que soy una traidora, una vende patria o una disidente! O que hablo por hablar y no tengo derecho a decir nada ya que no vivo allá; yo también soy venezolana, así viva en la China, y tengo todo el maldito derecho de hablar y de quejarme, pues nunca dejaré de ser venezolana. Eso es algo que Dios me dio y nadie me puede despojar de eso. No! puesto que si los mismos ciudadanos venezolanos que viven allá no hacen pero absolutamente nada por sus derechos, o por mejorar la situación; que puede hacer esta emigrante? El que tenga la respuesta no dude por favor en escribirme, que con mucho gusto tomaré sus recomendaciones en cuenta.
 
Ya para para terminar esta entrada tan triste, pues reconozco que me vine muy decepcionada, triste y mi corazón está desconsolado por no poder hacer algo y ver cómo se desmorona un país que paradójicamente lo tiene TODO!
 
Si alguien tiene algunas recomendaciones de cómo ayudar a Venezuela desde el exterior, por favor escríbanme. Quizás uniéndonos más podremos hacer algo, al menos despertar la consciencia de los que todavía viven allá. Hasta la próxima.